Casi todos los cinturones de seguridad en la actualidad actúan más o menos igual.

Un nuevo dispositivo equipado con sensores en el interior y exterior del vehículo, recoge información en tiempo real sobre la altura, el peso y la complexión del ocupante, la posición y su postura en el asiento; y la dirección y velocidad del posible impacto.

Con esta información, el sistema selecciona automáticamente entre 11 perfiles de limitación de carga (frente a los 3 habituales), regulando de forma precisa la tensión del cinturón y adaptándose al perfil del ocupante y a la severidad del choque.

Este nivel de personalización trae consigo una serie de ventajas y se adaptan a las características físicas y la situación real del siniestro. De esta manera, los ocupantes altos o corpulentos recibirán una tensión ligeramente mayor, evitando desplazamientos que puedan causar traumatismos craneoencefálicos. Por su parte, las personas más pequeñas o frágiles obtendrán una limitación de carga más suave, reduciendo el riesgo de fracturas torácicas o costales.

El Volvo EX60, el próximo SUV 100% eléctrico de tamaño mediano de Volvo, será el primer modelo de la marca sueca en estrenar este cinturón de seguridad multi‑adaptativo, una innovación mundial sin precedentes.

El cinturón de seguridad de este Volvo no solo es reactivo: gracias a su integración con la estructura de datos del EX60, se comporta como un sistema “AI-powered», ya que analiza datos en milisegundos, incluso antes de producirse el impacto real, gracias a los sensores. Al mismo tiempo, es capaz de mejorar con el tiempo gracias a actualizaciones OTA, aprendiendo de nuevos escenarios de colisión y ajustando sus algoritmos.

El cinturón multi‑adaptativo no actúa de forma aislada, sino que se coordina con los airbags, los sistemas de detección del ocupante y las ayudas a la conducción. Desde los crash sensors hasta los sistemas ADAS, todo funciona en sincronía para mejorar la prevención de lesiones secundarias.