Con el inicio del ciclo lectivo, vuelve una infracción muy común: el estacionamiento en doble fila en las inmediaciones de las escuelas. La problemática es más frecuente en las zonas urbanas y en las grandes ciudades del país.

El estacionamiento en doble fila, que constituye una infracción, se hace para ganar comodidad y tiempo. La práctica provoca embotellamientos, bocinazos, y hasta hechos de violencia verbal y física. ¿Qué opinan las y los conductores? ¿Avalan esta falta? Para conocer más sobre esta situación cotidiana, el Observatorio de Cecaitra, la Cámara que nuclea a las empresas productoras de software vial, realizó un sondeo sobre el mal estacionamiento en época escolar, a través de un relevamiento telefónico en más de mil hogares del Gran Buenos Aires, y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Ante la pregunta “con respecto al estacionamiento en doble fila en la entrada y salida de las escuelas ¿cuál de estas frases refleja mejor su opinión?”, un 48% sostuvo que no se debe permitir ni tolerar porque es una falta de tránsito. Sin embargo, para 3 de cada 10 (31%) la infracción sí se puede tolerar, ya que es por la seguridad de los niños; y para el 10% se debe permitir, porque es poco tiempo y no afecta demasiado. Para el restante 11%, no se debe permitir al ser peligroso. “Es interesante analizar que para más del 40% de los sondeados esta infracción está justificada, ya sea por la seguridad de los menores, o por la poca duración. Hay que considerar que estacionar en doble fila es una infracción, como en una ochava o en un garaje, y se evaluará igual si estoy esperando a que un o una menor suba o baje del vehículo para entrar al colegio o si lo hago por otra cuestión. Hay adultos que salen un ratito antes o estacionan a una distancia del colegio para no generar este caos. Son alternativas que solucionarían parcial o totalmente el problema”, comentó el vocero del Observatorio Vial, Facundo Jaime. Continuando con la temática se les consultó a los conductores cómo suelen reaccionar cuando se ven afectado por autos mal estacionados. Allí, la mitad (50%) dijo que suele esperar pacientemente y avanzar en el momento que puede; un 32% sostuvo que comienza a tocar bocina; un 10% acostumbra a bajarse del auto para increpar a quién está mal estacionado; y un 8% suele reaccionar de alguna otra forma. “En cuanto a las reacciones de las y los conductores, hay un dato que nos ha dejado con mucha preocupación, ya que hay un 10% que, ante esta falta, se baja de su auto y realiza alguna acción ‘justiciera’ contra los que realizan la infracción. Eso es alarmante, porque causa tensión y estrés, que pueden terminar generando un siniestro vial. También debemos desalentar el uso de la bocina para estos casos que, tal como lo plantea la normativa del tránsito, solo debe utilizarse para alertar una maniobra peligrosa”, concluyó Jaime. En la Ciudad y en algunos municipios del Conurbano muchos colegios implementaron en los últimos años el siete de "sube y baja", con voluntarios que reciben a los alumnos. Así, los padres no necesitan bajar del vehículo y siguen su marcha. De hecho, muchas escuelas tienen una demarcación oficial en la puerta para que los autos circulen por ese carril y no haya necesidad de detenerse en doble fila.