Los accidentes viales están en el centro de la escena, particularmente los que son producidos por conductores alcoholizados. Lo que no se ha dicho es cuánto le cuesta al Estado atender a los accidentados, alcoholizados o no.
En el Ministerio de Salud apenas hacen una estimación y sólo con los pacientes que pasan por las terapias intensivas del Central, el Lagomaggiore y el Schestakow, más las rehabilitaciones practicadas en el Lencinas. En total, durante 2018, el Gobierno mendocino se gastó alrededor de $ 160 millones en este concepto. A un promedio de $ 60 mil por día por cada accidentado.
El dato es apenas una estimación. No incluye el costo de atender pacientes en sala común o los que quedan en el hospital para corregir cosas luego de salir de terapia. “Estamos hablando de tres hospitales de referencia, para ver cómo era el comportamiento, teniendo en cuenta la máxima complejidad como el Central, alta complejidad como el Schestakow, aunque no máxima como el Central, y de mediana complejidad como el Lagomaggiore”, explica el subsecretario de Salud, Oscar Sagás.
El Central tiene 20 camas en terapia intensiva; el Lagomaggiore, 16; y el Schetakow, 10, contabiliza Sagás.
El Hospital Central es el que más casos atiende. Durante 2018 llegaron 1.907 pacientes vinculados directa o indirectamente a un accidente vial. Por mes fueron internadas en terapia intensiva un promedio de 16 personas, que pasan también en promedio 10 días en cuidados intensivos antes de ir a sala común.
El primer día siempre es el más caro, por la cantidad de prácticas y tiempo de profesionales que atienden cada caso. En el Central ese primer día cuesta un promedio de $ 82 mil. A partir del segundo el costo promedio baja a $ 60 mil.
Cada paciente insume $ 622 mil en los 10 días que pasa en terapia intensiva. Ese número por 16 pacientes mensuales indica que el costo para el Estado es de $ 9.952.000. Así, la cuenta promedio llega a casi $ 120 millones al año.
Según Sagás, este número representa poco más del 10% del presupuesto del nosocomio y sólo contabilizando casos en terapia intensiva, no los que quedan en sala común.
El Central es el hospital que más casos graves atiende. “Es el de mayor complejidad que tenemos para el neurotrauma y todos los pacientes son derivados ahí. Cuando hay accidentes el primero que llega al lugar es el Sistema Coordinado de Emergencias y en el lugar se encarga de verificar qué tipo de lesión tiene el accidentado y en función de eso manda al nosocomio”, dice Sagás.
Por eso el salto con el Luis Lagomaggiore es notable. A este último llegan 4 pacientes mensuales que requieren un en promedio 3 días de internación en terapia intensiva. El primer día en esa área cuesta $ 53 mil y los siguientes, $ 45 mil. Cada paciente insume (en promedio) $ 143.000. Los cuatro mensuales llevan la cuenta a $ 572.000 que por año son casi $ 7 millones.
Sin embargo, el año pasado a la guardia del Lagomaggiore llegaron 766 lesionados mensuales en promedio. La gran mayoría así como llegó se fue, 60 requirieron internación en sala común y, como se dijo, sólo cuatro por mes requirieron una atención de mayor complejidad, quienes luego se quedan entre 10 y 15 días más en sala común.
El hospital Teodoro Schestakow de San Rafael suele recibir heridos derivados de los otros dos hospitales del sur: el Enfermeros Argentinos de Alvear y el Regional de Malargüe; sin embargo estos nosocomios actúan como filtro. “Ambos tienen terapias intensivas chicas, de cuatro camas. Entonces el Schestakow recibe los casos más extremos”, dice Sagás. Incluso los casos que requieren mayor complejidad son trasladados al Central en helicóptero.
El Schestakow recibe en terapia intensiva, por mes, 4 pacientes en promedio que son atendidos durante 7 días. El primer día cuesta $ 60 mil y los subsiguientes $ 45 mil.
Por lo tanto, en promedio cada paciente le insume al Estado $ 330.00. Cuatro al mes hacen subir la cuenta a $ 1.320.000; y al año implican casi $ 16 millones.
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Oscar Sagás
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